Es así, que se perdió la sencillez de los primeros tiempos, la transparencia insustancial y su docilidad extrema a la naturaleza. Tal vez, sucumbiendo frente a la condición humana y paradójicamente alejándose de ella.
Desde
la eternidad, me hice historia en una ciudad mediterránea, la que fue
mutando su piel mientras se expandía lentamente, pero con precisión casi
mecánica.
Es
así que se hizo tiempo, con el tiempo, se moldeó con fuego, tierra y
agua, se hizo luz bajo el sol abrasador del mediodía. Sufrió una larga y
despiadada metamorfosis.
Sus
sombras fueron creciendo bajo el ala de sus construcciones, haciéndose
cada vez más largas…Y ese sol que brillaba eterno, se hizo frágil,
ocultándose, esquivo y frío.
La
materialidad firme del cemento fue cobrando vida y haciéndose demasiado
fuerte y ajena, corporizándose inerte y contraponiéndose a la
fragilidad humana. El hombre comenzó a hacerse tenue, frente a tanta
majestuosidad.
Es así, que se perdió la sencillez de los primeros tiempos, la transparencia insustancial y su docilidad extrema a la naturaleza. Tal vez, sucumbiendo frente a la condición humana y paradójicamente alejándose de ella.
Es así, que se perdió la sencillez de los primeros tiempos, la transparencia insustancial y su docilidad extrema a la naturaleza. Tal vez, sucumbiendo frente a la condición humana y paradójicamente alejándose de ella.
El
hombre pretendió domesticar a la Ciudad, pero no pudo, porque ella en
su terquedad manifiesta, no lo permitió. Su voluntad, fue frenar la
pérdida de su libertad, aún a costa de su identidad extraviada.
Y
ahora, la gran tarea frente a la magnitud de esta creación humana, es
ir recuperando su maternidad generosa, sus olores primigenios, expandir
la densidad del aire, abrir el camino a sus antiguas noches
estrelladas. Es decir, recordar su genética latente.
Ya,
sin mirar atrás, y sin negar las enormes posibilidades del tiempo
presente, tratar de ir recuperando minuto a minuto, nuevos instantes
mágicos. La Ciudad seguirá su metamorfosis, no hay por qué impedirlo, ni
tiene sentido… pero ahora sí, desde la perspectiva humana.
Cecilia Montoya /// 2011
Datos del Autor
Cecilia MontoyaNació en la Ciudad de Córdoba, Argentina,donde reside actualmente. En el año 1994, egresó de la carrera de Arquitectura, cursada en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Industrial, de la Universidad Nacional de Córdoba. Ha desarrollado también, una intensa actividad artística, para lo cual se ha ido formando a lo largo de varios años, en distintos Talleres de arte.
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Tiene que ser difícil recuperarla, pero debe valer la pena intentarlo...
ResponderEliminarHasta en esto haces pura poesía, me ha encantado.
Muchos besos.