Arquitectura a medida

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Existe el eterno interrogante que manifiesta, hasta qué punto es válida la arquitectura para satisfacer las necesidades expresivas del proyectista, o bien, a los requerimientos de consumo generados por el medio socio-económico contemporáneo. Esto último, nos conduce a la pregunta de si es menester responder a las aspiraciones de quién habitará o interactuará con cada obra construida. Si esto es lo que prima en desmedro del significado de la misma, quizá tampoco sea una buena decisión.  Seguramente lo que llamamos “poética de lo obra”, como significado de la misma, está implícito siempre, queramos admitirlo o no. Es inherente de toda creación estética. Incluso es concebida siguiendo un enfoque que puede o no ser transmitido exitosamente, en el momento de su concepción. Es decir, que hay un contenido para transmitir, el cual a veces no es fácil de comunicarse o se emiten mensajes confusos. Muchas veces, es el propio comitente en el momento de encargar un trabajo, quien manifiesta la necesidad de habitar una vivienda que responda a determinadas condiciones estilísticas de moda, las cuales quizá, pudo apreciar en alguna revista de arquitectura o decoración. En este caso, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, lo que significa la “casa catálogo”, totalmente vacía de contenido, es decir con algo no genuino para ser comunicado.  La experiencia en el mundo cambiante de la moda, nos ha demostrado hasta el hartazgo que los recursos estilísticos pasan, a veces vuelan sin posarse en algún lugar específico. Son cambios que suceden relativamente rápido. El tema, es que la arquitectura debe persistir todo el tiempo que demande su vida útil, y algunas veces sobrevive a ese lapso de una forma resiliente, a través de los reciclajes.
 Reducir a una obra de arquitectura, a sólo un objeto tridimensional, es un error. Hay un concepto, que es el de “uso”, donde interviene la cuarta dimensión. Es decir que no debe ser sólo admirada, sino también vivida. En todo caso, si es un “objeto estético de arte”, debe ser un objeto para ser experimentado. Y si es de una forma placentera, mucho mejor.
 La distancia que existe entre la opinión de un crítico ocasional de arquitectura y la que percibe el habitante que permanece, es abismal. El deleite del objeto “bien de consumo” y la interacción cotidiana del usuario en el espacio, son dos cosas absolutamente diferentes. Aunque a veces pueda haber coincidencias. Muchas veces, la idea de “arquitectura cáscara” es insuficiente, sobre todo, si ésta tiene que ser padecida durante la experiencia de uso.
 La idea del “consumo”, es lo que puede vaciar de contenido a lo que por su escencia está lleno de significado. La “cultura del vacío”, es lo que tiende a llenar los huecos, con superficialidad, la misma que demanda el medio. La arquitectura, en sí misma no está carente de significados, pero es el usuario únicamente quien puede cargarlos, de acuerdo a su subjetividad y a su experiencia de vida.
 Me hago eco, de las palabras del arq. Rodolfo Livingston, en su libro Cirugía de casas:  

No existe una experiencia “funcional” o práctica por un lado y una experiencia estética por el otro. El acto perceptivo es complejo pero único. La percepción es un fenómeno integral de la personalidad. Se percibe con la intención, con la memoria, y aún con la ideología. La actriz japonesa que se hace operar los ojos para parecer occidental reniega de su aspecto oriental ideológica y estéticamente, en un gesto único” (…) ”Desde el punto de vista de sus protagonistas, la arquitectura se comporta como un fondo, como una cáscara que permite su relación óptima con el exterior, con el equipamiento, con la luz, el sonido y la gente, mientras que los arquitectos tienden a imponerles “edificios-objeto” convertidos en demostraciones sólidas de determinados principios.” (…) ”El usuario no percibe “la arquitectura” sino el espacio que habita, y sobre todo, los significados que va atribuyendo a los lugares en función de la historia de éstos y de su propia historia personal”.







4 comentarios:

  1. Me parece interesantísimo...Me gusta mucho aprender .

    Un beso.

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  2. La arquitectura bien hecha, es decir respetuosa del medioambiente, resulta muy interesante, tanto para apreciarla, como para vivirla. Ojalá podamos entender,la importancia de esto. Gracias por comentar. Un beso

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  3. Bueno, me recorro todos tus blogs, es un placer siempre leerte, aprender, y dejarse empapar por la belleza.

    Eres arte puro y muy buena persona.

    Un beso grande.

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    1. Y es un placer enorme, recibirte por cualquiera de ellos. Un beso grande

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